Aquí no está Sofía, pero la foto es válida porque el Arco Iris es tan
hermoso como ella. Era una tarde de domingo preciosa y ya regresábamos a casa,
luego de andar por los lados del Volcán Barva. Sofía estaba allí, solo que
esta vez detrás de la cámara. Todo compagina, el bosque de cipreses, un árbol
de otra especie que rompe con la singularidad de los cipreses, el Arco Iris que
atrae la atención y sobre todo la sensación de haber estado allí en ese
momento. Es como estar en el lugar indicado en el momento apropiado