Lunes 22 de enero, 2001En casa

Mi primer amanecer. No es un amanecer como nacer porque el nacimiento es como Alfa en un alfabeto, es el inicio, es el primer día de toda la vida. En cambio, con el tiempo aprenderé que cada amanecer es el primer día del resto de nuestra vida y por lo tanto, puedo pasarme el resto de mis días disfrutando de cada amanecer. Pero eso quedará para después porque hoy ha sido muy difícil, mamá está muy afectada, se le ve casi sin fuerzas. He escuchado que ha llamado a papá para decirle que al mediodía de dan la salida. Eso significa que nos vamos de aquí para empezar mi vida en la que va a ser mi casa por muchos años.

Mamá ha hecho lo posible por bañarme y mudarme pero todavía se siente insegura de estas tareas. Durante toda la noche me la pasé junto a ella, pegad a su pecho, escuchando un poco más lejos el sonido de su corazón, que por nueve meses fue la esencia de mi ambiente. Ella se despertaba constantemente y me hablaba y me acariciaba y aunque nos sentimos muy unidas todavía no encontré la forma de decirle que yo tenía mucho frío.

Hay otros pequeñitos y pequeñitas como yo en el salón donde está mamá y a decir verdad he pasado muchas horas de la noche que es un fastidio por la bulla que han hecho, llorando alocadamente. No sé porqué lloran si tienen a sus mamás a la par.

A decir verdad, sí dan ganas de llorar porque todo es novedad. No estoy acostumbrada a la claridad pero justo cuando voy a llorar antepongo mi sentido común y pienso que es parte de la vida. Y es que papá y mamá me han hablado tanto de la vida, incluso mi papá se rajó bastantes veces leyéndome libros que deben ser para la gente mayor porque no he entendido ni papa. Pero creo que sí valió la pena. A veces mi papá llegaba del trabajo y comenzaba a recitarme las vocales una y otra vez, no entiendo cómo no se cansaba de estar siempre en lo mismo. En cambio mi mamá me cantaba con su dulce voz y me llenaba el alma de alegría porque allí dentro, en su pancita yo quería ponerme a cantar.

Ha llegado el mediodía y también mi papá que ha venido por nosotras. Entró a la habitación y mamá le dijo que nos esperara afuera porque tenían que dejar no sé qué listo. Mis abuelitos están con papá, ellos están sentados en una banca, esperando pacientemente, en cambio papá...es toda una función detenerse a mirarlo porque no se puede estar quedito en la banca. Se levanta, se va a la esquina, se regresa, lee las pizarras, entra por una puerta, sale por otra, cruza la calle y ve telas en la ventana de una tienda, vuelve a repasar los 3 periódicos que se ha comprado y luego los tira a la basura...en fin...MI PAPA ES UN CASO PATETICO.

Ya él no soporta. ha pasado más de una hora desde que se supone nos daban la salida. Ha ido a hablar con medio mundo para que lo dejen entrar, seguro porque se cree una figura importante, pero nadie le ha hecho caso. Si por mí fuera lo consentiría en todo porque para mí él sí es importante.

Como el guarda no le hace caso ha ideado un plan. Observa que la sala de rayos X tiene una puerta atrás que va a dar a los pasillos de maternidad, así que no lo piensa dos veces, calcula que nadie lo ve, se mete a rayos X, cruza la sala, sale por la otra puerta, llega a los pasillos, luego a maternidad, se encuentra con las enfermeras y una de ellas muy amable lo lleva hasta donde estamos nosotras. Cuando lo vi entrar por esa puerta imaginé una película de Hollywood, cuando el protagonista irrumpe en forma espectacular y cautiva a los espectadores. Ayyy mi papito....

Luego llegó una oficial de seguridad preguntando por alguien que se había metido sin permiso. Mi papá le dijo que era él, que cuál era el problema. Le preguntaron que quién lo había dejado entrar porque ese guardia iba a tener problemas, lo iban a amonestar y papá les dijo que él se había metido por otro lado, que nadie lo había dejado pasar. Luego él se fue con ellos y no sé que más pasó. Al principio me preocupé, pero luego pensé que desde que tengo conciencia en peores líos se ha metido, entonces no hay de qué preocuparse...

Estoy en casa. Es pequeña y preciosa y supongo que en este lugar viviré buena parte de mi vida. Hay mucha gente, familiares que han venido a visitarme. Como a las ocho de la noche dejan a papá en el cuarto cuidándome, mientras mi mamá descansa y conversa con mis abuelos. Entonces papá se acuesta junto a mí y descubro un hombre de inmensa ternura, yo creo que él tampoco había descubierto esa faceta en su vida, luego de eso se queda contemplándome, sin siquiera pestañear, me mira de pies a cabeza, musitando constantemente una frase que no se me quita de la mente:

- "Eres una bendición"