Crónicas
de Sofilandia XV
Recuerdos de atardeceres 21-01-2002
Hoy hace un año nació Sofía. Para celebrarlo decidimos ir a un lugar donde nunca habíamos estado y fuimos a parar a una playa escondida en la costa pacífica, muy cerca de la frontera con Nicaragua. Salimos de la casa el sábado, en un recorrido inolvidable. Son las cuatro de la tarde, estamos en la habitación 104 del Hotel Three Scores, abro un ojo y veo que ellas duermen porque con tanto de todo nos hemos cansado. Afuera se oye el incesante ruido de las olas y el viento que llega muy fuerte a la bahía. No las despierto, me voy a caminar. Me encanta la sensación de lejanía que provoca el mar y decido explorar un poco más. Camino por la playa, veo una gran roca al final que no permite ver el más allá, decido ir allí y al llegar se abre ante mis ojos otro amplio panorama de mar, inmenso mar. Allí permanezco un rato, sintiendo la poderosa imponencia del ambiente. Disfruto más de lugares alejados porque el bullicio humano me desespera, en cambio acá, todo ese escándalo es natural, todo es tan silencioso...
Ya pronto se va a poner el sol. Me encantan las puestas de sol. Hace un año a esta hora, casi las 5 pm, estaba en Heredia, Sofía ya había nacido (2:53pm) y recuerdo que de camino a mi casa, me quedé en una colina cercana a la Urbanización donde vivimos contemplando el atardecer porque estaba haciendo un atardecer indescriptible. Es el mejor recuerdo de un atardecer que tengo porque justo en ese momento empezaba a existir mi hija. Cómo explicar algo así? Cómo entender que antes de ser uno no es y luego existe? Recuerdo que el sol se empezaba a ocultar y todo el alrededor cambiaba de colores. El horizonte era espléndido a pesar de que se cruzaban cables y techos de caseríos. Si pudiera ver un atardecer en este lugar...pero esas montañas no me lo permiten.
Había escuchado de una playa cercana desde donde se podía apreciar el atardecer. Playa Rajada. Corrí al Hotel, me dieron la dirección, volví a la habitación. Ellas seguían durmiendo. Lo siento, me encantaría que me acompañaran pero ustedes son mujeres y ya son las 5:09pm. Eso significa que mientras se alistan nos dan las 6pm, en cambio yo, simplemente lo decido ya y me voy ya. No hay pérdida de tiempo. Tomé el vehículo y calculé el tiempo de recorrer 3 kms en calle no asfaltada. Conclusión: Voy a llegar justo a tiempo. Y corrí.
Al llegar, la playa era justo como la esperaba: esplendorosa. Había solo una pareja de personas al final y el Sol estaba listo, en su punto. Me tomé todo el tiempo del mundo para observar cada detalle del lugar. Los riscos a la izquierda, la montaña detrás mío, la bahía a la derecha lejos y todo el horizonte frente a mis ojos, con un océano sereno que lucía como un inmenso espejo donde el cielo se asomaba.
Poco a poco fueron cambiando los colores del paisaje, desde los colores naturales, hasta un naranja general para todo. Me acerqué al agua y permanecí allí como si fuera parte del ritual. De pronto vi cómo una ola que llegó a la orilla dejó unos objetos brillantes que tiritaban como a 20 metros de donde yo estaba. Me acerqué pensando que se trataba de oro u otras piedras brillantes, cuando vi infinidad de pececitos que el agua dejaba botados cuando se regresaba. Algunos de ellos más grandes, casi una cuarta de la mano, luchaban desesperadamente por no morir. Mientras se llegaba el momento de la esperada puesta, recogí varios de ellos y los devolví al agua, salvé cuantos pude...lo juro.
En eso llegó el momento mágico, esplendoroso. Si esto no fuera gratuito, cuánto no estaríamos dispuestos a pagar por verlo. Pensé en una palabra que resumiera lo que veía: creación, magnificencia, resplandor . Dios!! Debe haber una definición más absoluta!! Si pudiera llevarme esto para la casa. No puedo, lo más que podría hacer es traerme mi casa para acá!! Y si viajara todas las tardes desde allá hasta aquí para no perderme ni una sola por el resto del verano?? Cómo hago para dejar esta sensación en un rinconcito de mi alma, de tal modo que mañana o pasado o dentro de un año pueda revivirla tal y como lo siento ahora? Qué bonito cumpleaños de Sofía, ella lo entenderá algún día, entenderá que yo lo disfruté por ella, lo viví por ella y me sentí muy feliz, haré hasta lo imposible porque adore los atardeceres como este y que al darse la vuelta descubra esas sombras gigantescas que se forman cuando el sol va a desaparecer.
Es un día placentero, el día que mi hija nació era esplendoroso y hoy que cumple su primer año de vida, el día no puede ser mejor. De regreso al Hotel, mientras viajaba por entre las siluetas de la noche, me sentía realizado. Busqué entre los CD´s algo propio del momento, que se ajustara a todo lo que he observado y terminé escuchando "Canon in D". Al llegar a la habitación, cuando ya era de noche, las encontré allí donde las había dejado al marcharme. Están despiertas y sonríen pero no imaginan toda la profundidad de sentimientos que me ha invadido.